LEY DE FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO

Democracia a la altura de la casta: ratifican el veto al financiamiento universitario

En esté ultimo tiempo uno de los discursos que se escucha en Argentina es que el Congreso de la Nación es quien va a ponerle frenos a las políticas neoliberales de Javier Milei. Y hasta acá sólo estuvo permitiendo que el plan de extremo ajuste del ejecutivo se cumpla como tal. Es en ese contexto que hay que rever nuestra idea de democracia burguesa.

Por Jeremias Giordano

Sin mayoría oficialista el Congreso de la Nación ratificó el veto a la ley de financiamiento universitario por parte del presidente Javier Milei y esa acción dejo al descubierto que el poder legislativo no es esa oposición de la que tanto se habla, a un gobierno que va en contra de los intereses del pueblo argentino. Queda claro así que esa democracia que conocemos no existe como tal si no es capaz de representar el interés de la mayorías populares. 

Una docente dijo en declaraciones a medios de comunicación “al veto lo aprobaron los diputados, quiero creer que no la mayoría del pueblo argentino”, esa es la paradoja de ésta democracia. Es una democracia vaciada a propósito para cambiar los jugadores pero no el estado de las cosas. Para recuperar todo lo que se está perdiendo habrá que salir a llenar todo lo que se vació, y no solo en números sino también cualitativamente. 

Esa democracia formal e institucional que maneja el juego del Estado poniendo y sacando jugadores de los poderes a manera partidocratica parece haberse terminado en ésta ultima jugada de la educación pública, y lo que puede conseguir una victoria ante esa crisis es hacer política desde la convicción y con toda la autoridad que esa convicción da. 

Los 84 votos obtenidos por el oficialismo fueron gracias a los bloques de La Libertad Avanza y del PRO, y algunos radicales. También fueron claves diputados que responden a dos gobernadores del Peronismo, que también votaron a favor o se ausentaron. Se trata de legisladores alineados con Osvaldo Jaldo de Tucumán, y Raul Jalil de Catamarca. Las elecciones se realizan regularmente, los legisladores se suceden unos a otros, pero el Estado sigue en las mismas manos.

En una democracia con profundidad es necesario hacer política sin corrupción y sin lobbie. En la sesión especial que ratificó el veto quedo clara la corrupción directa de gran parte de los legisladores, y hasta han sido legalizados los grupos de presión para operar directamente sobre ellos. El diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, denunció "hay plata para conseguir mayoría en este Congreso pero no para garantizar la universidad pública y gratuita", advirtiendo que así se dieron vuelta los números. 

En la última marcha federal universitaria un cartel rezaba "eso de que los pobres no llegan a la universidad no es un diagnostico. Es un plan del gobierno". En ésta democracia burguesa no sólo la intención es que no se eduquen sino también que no lleguen a los espacios de poder y de toma de decisiones.  

Para presentar candidatos y llevar adelante una campaña electoral con posibilidades de éxito, se necesitan grandes sumas de dinero. Semejantes recursos no pueden salir de los bolsillos de los y las trabajadoras, sino únicamente de las gigantescas ganancias de los grandes grupos económicos y las mafias del capitalismo. 

En resumen el Estado reprime a quienes reclaman mientras los ejecutivos de las grandes corporaciones cumplen periódicamente funciones en las altas esferas del poder político, a la vez que la corrupción directa de los mandatarios y funcionarios alcanza proporciones gigantescas, y hasta han sido legalizados los grupos de presión.

Este el segundo veto de Milei sin mayoría oficialista contra una Ley aprobada por ambas Cámaras Legislativas. El anterior fue contra un nuevo cálculo previsional, que aumentaba las jubilaciones mínimas alrededor de 20.000 pesos.

Quizás habrá que volver a convencer de que todas las discusiones son políticas y hablar de otro tipo de democracia. Porque el vaciamiento de discusión política y la traición al pueblo de "la política y la democracia" es lo que nos puso a Milei a gobernar con un discurso apolítico pero que en la praxis es política en contra de los intereses del pueblo argentino. 

Habrá que construir discusión política nuevamente desde abajo con los trabajadores, con los estudiantes, con los marginados del sistema, y entendiendo que todos debemos ser protagonistas de este tiempo ahí donde esa democracia, que tanto defendemos, nunca llegó en términos de política.

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