MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA
La Justicia reconstruyó el crimen de Carlos Tereszeczuk, arrojado al Paraná en 1976
El Tribunal Oral Federal de Resistencia reconoció el derecho a la verdad de la familia y determinó que el militante fue torturado, ejecutado y su cuerpo arrojado al río, en el marco del terrorismo de Estado.
En una audiencia virtual retransmitida desde la Casa por la Memoria de Resistencia, la Facultad de Derecho de Corrientes y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM de Posadas Misiones, el Tribunal Oral Federal de Resistencia dictó este martes la sentencia en el Juicio por la Verdad por el caso de Carlos Enrique Tereszeczuk, militante misionero asesinado en 1976 durante la última dictadura cívico-militar.
El fallo reconoce el derecho a la verdad de sus familiares y declara probado que Tereszeczuk “fue privado ilegítimamente de su libertad, sometido a tormentos y torturas en un centro clandestino que funcionaba en la Jefatura de Policía del Chaco”. El tribunal estableció que fue “posteriormente asesinado y su cuerpo arrojado al río Paraná”, donde fue hallado el 15 de noviembre de 1976 en la costa de Ensenada, Corrientes.
Los restos fueron exhumados en 2016 y identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense, lo que permitió avanzar en la reconstrucción de su historia.
La sentencia describe además un “patrón sistemático de actuación” de las fuerzas represivas durante el terrorismo de Estado: el arrojamiento de cuerpos al Paraná, las ataduras con alambres en pies y manos, disparos en el pecho o en la cabeza, la mutilación de las yemas de los dedos para impedir la identificación y los cortes abdominales profundos destinados a evitar que los cuerpos flotaran. Ese mismo modus operandi fue reconocido en los casos de Rómulo Artieda y “Bocha” Pereira, también víctimas del genocidio en la región.
“Esta sentencia es una reparación muy importante para la familia, pero también tiene un valor colectivo: permite reconstruir la sistematicidad del accionar represivo y aporta verdad histórica sobre cómo operó el terrorismo de Estado en el nordeste argentino”, sostuvo el fiscal federal Diego Vigay, quien encabezó la investigación junto a organismos de derechos humanos y familiares.
Vigay recordó que el expediente que permitió llegar a esta verdad había sido iniciado por el hermano de la víctima en 1986 y recuperado en 2010. “Carlos fue un militante político muy activo: presidente del Centro de Estudiantes del Instituto del Trabajo Social en Posadas y asesor legislativo del Partido Auténtico en Misiones. Su compromiso social fue la causa de su persecución”, explicó.
El fallo también ordena registrar oficialmente el fallecimiento de Tereszeczuk y notificar al Ministerio Público Fiscal para dar cumplimiento a las rectificaciones administrativas pertinentes.
“Este tipo de sentencias no sólo reparan a las familias, sino que refuerzan la memoria colectiva frente al negacionismo”, remarcó Vigay. “Argentina es reconocida en el mundo por el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad, y cada reconstrucción de verdad consolida ese compromiso histórico”.
Para finalizar Sofía Tereszeczuk, sobrina de Carlos, tomó la palabra y compartió un mensaje cargado de memoria y esperanza:
“Y te queremos recordar. Hoy es triste saber cómo fuiste arrancado de tu vida, en los oscuros días de la dictadura militar. Víctima del dolor que impidió silenciar tu voz y tu futuro, al igual que tantos jóvenes en esa época siniestra de la historia argentina.
Fueron años de búsqueda incansable para saber cuál fue tu destino por parte de tus familiares y compañeros. Y después de todo este tiempo de luchar para saber la verdad, pudimos por fin conocer cuál fue tu destino y recuperar la memoria, tu memoria que nunca se apaga.
Nos dolió mucho saber cuál fue esa verdad, que nadie hubiera querido que fuera así, enterarnos de todos tus sufrimientos, detalles tan descabrosos que nos rompieron en mil pedazos. Cada testimonio que hallamos en esta búsqueda, cada lágrima derramada, tejió un legado de tu resistencia.
Soñabas con un país libre, justo y soberano, y lleno de posibilidades para los jóvenes como para vos también. Hoy queremos salvar ese sueño y decir nunca más, Carlos, que tu memoria nos impulsa a enseñar y a construir una Argentina donde nada desaparezca y sea eliminado por pensar diferente, donde ninguna lucha social sea en vano y que brinde sus frutos, como en aquella época tan singular que nos tocó vivir.
Que tu historia inspire a nuevas generaciones para recordarnos que la justicia tarda, pero llega cuando no bajamos los brazos. Tu nombre y tu lucha vive en nosotros. Memoria, verdad y justicia ahora y siempre.”
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