JUSTICIA
Cinco años sin respuestas por el femicidio de Florencia Gómez
El excompañero de Florencia, Lisandro Schiozzi, repasa quién era la militante santafesina y denuncia la inacción judicial en un caso marcado por el poder local.
La memoria de Florencia Gómez vuelve a escena cada octubre, pero también en cada gesto de lucha que dejó sembrado en San Jorge. Su nombre resuena entre huertas barriales, talleres de género, disputas contra el conservadurismo y denuncias que incomodaron a los poderes ocultos de la ciudad. A cinco años de su femicidio, su ausencia sigue siendo herida y bandera. En el marco del 38° Encuentro Plurinacional, Nueva Mirada dialogó con Lisandro Schiozzi, excompañero y padre de sus hijas, para reconstruir la figura política de Flor y el entramado que, según él, explica por qué no hay avances judiciales.
Nueva Mirada — A cinco años del femicidio de Florencia, ¿Cómo estás viviendo este nuevo aniversario y qué significa para vos llegar a esta fecha sin respuestas de la Justicia?
Lisandro Schiozzi — Bueno, acá andamos. El 12 de octubre se cumplieron cinco años del femicidio de Flor. Por un lado el duelo se vive distinto, creo que hace un tiempo que empezó a cerrarse, pero sigue habiendo un dolor muy fuerte porque no sabemos nada. Para quienes fuimos sus allegados es muy difícil: recordamos su alegría, su amor, su lucha. Pero también recordamos que hay muchas personas que deberían estar investigadas y siguen libres. Eso es una herida abierta para nosotros.
NM — Para quienes no conocen el caso, ¿Cómo describirías el rol de Florencia en San Jorge y por qué crees que se volvió una figura tan influyente antes y después de su muerte?
LS — Florencia tenía una referencia enorme en San Jorge. Coordinaba actividades en el local Negrito Avellaneda, organizaba huertas barriales, trabajaba con el área de género, llevaba talleres de mujeres y disidencias a distintos barrios. Y todo eso en un pueblo muy conservador. Ella enfrentaba ese conservadurismo sin máscaras: como comunista, como feminista, luchando por el aborto legal.
Después de su muerte algunos dijeron que ella apoyaba pañuelos celestes y verdes, pero eso es mentira. Florencia militaba de lleno por los pañuelos verdes, por el derecho a decidir. Ese doble discurso ayudó a la impunidad que tenemos hoy. Pero su rol era ese: una militante enorme, con mucha proyección, con mucho para aprender y aportar. Para nosotros era inmensa.
NM — También se sabe que Florencia llevaba adelante militancia contra la trata y el narcotráfico. ¿Qué podes decir sobre esa línea, que incluso podría ser parte del móvil del femicidio?
LS — Concretamente no tengo todos los detalles, pero sí puedo decir que San Jorge es un pueblo manejado por personas vinculadas a la trata y al narcotráfico. Cualquier actividad política transformadora chocaba con ese poder. Entonces lo que hacía Florencia molestaba. Por eso creemos que su femicidio tiene algún tipo de conexión con esas actividades. Florencia intervenía, aconsejaba, trataba de ayudar a quienes estaban en situación de prostitución. Ella no tenía medias tintas: blanco o negro, con una voz muy fuerte. Y eso seguramente incomodó a más de un poderoso.
NM — ¿Cómo evalúas el accionar de la Policía y la Justicia en estos cinco años, sin avances ni acusados?
LS — Yo creo que hay encubrimiento. Puede haber impericia, sí, pero para mí es más fuerte lo otro. Por las características del poder local, por cómo funciona todo ahí, por cómo fue el primer fiscal, todo indica que hay encubrimiento. Si pasaron cinco años sin un avance, es porque alguien hizo cosas para tapar, para proteger a un hijo del poder o a alguien con conexiones con el poder real. Esa es la evaluación que hago hoy.
NM — ¿Qué significa para vos que en el 38° Encuentro Plurinacional se haya hecho la “Plaza Flor Vive” en homenaje a ella?
LS — Significa muchísimo. Que ustedes, después de cinco años, recuerden a Flor y hagan esta plaza, para nosotros es enorme. Porque Florencia era una militante ejemplar, lo que queremos que sean nuestros militantes: solidarios, valientes, honestos, que lleven adelante las políticas con hechos. Por eso decimos “seremos como Flor”. Lo que le hicieron fue durísimo, pero su ejemplo sigue viviendo en cada lucha.
NM —¿Cómo recordás hoy el impacto que tuvo el femicidio de Florencia en la organización y en la militancia?
LS —Fue un golpe muy fuerte. En lo personal y en lo colectivo. En un principio salimos todos al frente con el cuchillo entre los dientes, con mucha bronca, con mucha fuerza. Pero con el tiempo eso se fue desorganizando. La organización se fue vaciando, los camaradas se fueron yendo de a poco, cada uno por su lado, y la actividad también se fue apagando. Para mí fue un golpe a la militancia, un golpe a algo que veníamos construyendo políticamente con Flor. Ella significó muchísimo para un montón de compañeras y compañeros, y sin ella nos desinflamos. Eso no se dijo muchas veces, pero es así.
NM—En este aniversario, ¿qué te genera que el homenaje sea en Corrientes y dentro del Encuentro Plurinacional?
LS—Me parece bien, y necesario. Porque no es solo homenajear a Flor, sino a todas las compañeras que faltan por este sistema patriarcal de mierda contra el que ella luchaba. Y creo que tiene que haber más Florencias, en el sentido de más militantes con ganas de cambiar el mundo, con ganas de tirar abajo este sistema capitalista de mierda. Más organización, más compromiso. Y también creo que tiene que haber más San Jorge: pibes y pibas que quieran disputar el poder en sus pequeñas localidades, que quieran transformar sus comunas, sus provincias, y por qué no pensar en nuevas gobernaciones y sistemas alternativos. Ese era el sueño que compartíamos con Flor: que era posible cambiarlo todo.
NM —¿Cómo se sostiene la memoria de Florencia en estos cinco años, especialmente en relación a sus hijas?
LS —Yo trato de hacerlo naturalmente. Hablar de su mamá como se habla de cualquier persona de la familia, hablar del pasado con naturalidad. Cuando ellas me preguntan algo de Flor, yo se los cuento sin vueltas. Trato de que la memoria no sea un lugar solemne o pesado, sino algo cotidiano. Y también trato de que no se pierda la identidad comunista de Flor.
Para mí eso fue lo que más dolió en el último tiempo: que se la intentara separar de su militancia, como si hubiese sido solidaria porque sí. No. Flor era solidaria porque se organizaba para ser solidaria. Ella explicaba por qué había pobreza, por qué existían los pobres, quién explotaba a quién. No iba a un barrio a “ayudar”: iba a construir conciencia. Y eso trato de transmitirles a nuestras hijas.
NM —¿Qué lugar tienen las genealogías de luchas y de otras camaradas en lo que les transmitís?
LS —Yo les explico que Flor no apareció de la nada. ¿Por qué hubo una Flor? Porque antes hubo una Lohana Berkins, porque hubo otras camaradas, otras figuras históricas. Trato de que entiendan que la identidad de su mamá era compleja, más compleja de lo que a veces se la pinta. Y que esa complejidad tiene una historia detrás, una organización detrás.
NM —En lo personal, ¿Cómo vivís vos este proceso de memoria?
LS —Yo no soy el dueño de la verdad. Pero sí soy dueño de una parte de mi vida que coincidió con la vida de Flor, y en esa parte armamos sueños juntos. Y esos sueños no eran utopías inalcanzables: eran cosas que teníamos ahí enfrente, que las veíamos como posibles. Tener memoria de Flor es también recordar que ese mundo nuevo que queríamos no es imposible.
Hoy te quieren convencer de que sí, porque hay un Milei, porque hay un Trump, porque la derecha fascista parece que viene por todo y que nosotros estamos replegados. Pero no. Para mí el mundo que queremos es totalmente posible porque existió Flor, y porque su memoria sigue viva. Y en ese sentido, cada vez que pienso en ella, me adelanto diez veces más en lo que quiero construir.
Entrevista completa: https://youtu.be/WeLeyoGZv2I?si=M72k5odBeKqRPaH4
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