EDUCACIóN

Retroceso escolar: solo 10 de cada 100 terminan la secundaria en tiempo y forma

El último informe de Argentinos por la Educación revela un panorama crítico para la secundaria argentina. La combinación de desigualdad estructural, déficits en aprendizaje y políticas económicas de ajuste podría profundizar la crisis educativa.

Por Jeremias Giordano

La educación secundaria argentina atraviesa un momento alarmante. Según el informe más reciente de Argentinos por la Educación, apenas 10 de cada 100 estudiantes que comenzaron la primaria logran finalizar la secundaria en tiempo y forma, con los aprendizajes básicos garantizados en lengua y matemática. 

Para ponerlo en perspectiva, mientras que la tasa de graduación en tiempo teórico alcanza un 63% en 2024, solo 10% logra cumplir con los estándares de aprendizaje mínimos, lo que evidencia un profundo desfase entre asistencia escolar y resultados educativos.

Las brechas regionales son igualmente preocupantes. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires lidera con un 23% de estudiantes que completan la secundaria en tiempo y forma; le siguen Tierra del Fuego y Córdoba con un 13% cada una. En el otro extremo, provincias como Chaco, Santiago del Estero, Misiones y Catamarca apenas alcanzan un 3% o 4%, reflejando desigualdades históricas y estructurales en el acceso y la calidad de la educación.

El contexto económico y las políticas del gobierno de Javier Milei podrían profundizar estos problemas. La reducción del gasto público, la flexibilización laboral y la disminución de subsidios inciden directamente en la capacidad de las familias para sostener a sus hijos en la escuela. 

El informe también subraya que más del 40% de los estudiantes en secundaria repite al menos un año, y que los déficits en matemática han registrado caídas promedio de 5,5 puntos porcentuales entre 2022 y 2024, una señal clara de que la expansión de la escolaridad no se traduce en aprendizajes efectivos.

Otro aspecto crítico es la fragmentación de políticas educativas: cada jurisdicción actúa de manera autónoma, y los planes nacionales carecen de continuidad. La educación se vuelve así un área muy sensible a los vaivenes de la política y la economía, donde los recortes o cambios de prioridad se reflejan inmediatamente en trayectorias truncadas.

Si no se adoptan medidas que consideren la educación como inversión estratégica, los datos del informe no solo muestran un retroceso: anticipan la profundización de desigualdades sociales, la pérdida de capital humano y la consolidación de trayectorias truncadas que afectan a toda una generación. 

Garantizar infraestructura, formación docente de calidad, programas de acompañamiento y equidad de acceso no es un lujo: es la única manera de revertir esta tendencia y asegurar que más jóvenes puedan completar la secundaria preparados para los desafíos futuros.

En este sentido, los números de Argentinos por la Educación deben leerse como una advertencia: sin un cambio de enfoque y sin inversión estratégica, la crisis educativa se combinará con la presión económica para multiplicar la exclusión escolar y social, afectando no solo a los estudiantes, sino al desarrollo del país en su conjunto.

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