ENTREVISTA
Las Voces: diez años de música instrumental, autogestión y un cierre con pulso transformador
Las Voces le pone punto final a una etapa que comenzó hace una década en Resistencia, Chaco. Un ciclo atravesado por la música instrumental, la autogestión como bandera y una identidad sonora y visual cultivada con paciencia y compromiso.
"Aprendimos que todo lo que se eleva, desciende.
Aprendimos que tanto unidad como dualidad influyen y giran en torno a algo más grande.
Aprendimos y aceptamos nuestros cambios con paciencia y humildad.
Aprendimos que todo muta y que todo pasa.
Ahora solo nos queda transformarnos con el impulso del nuevo ciclo que vendrá."
Con estas palabras, Las Voces le pone punto final a una etapa que comenzó hace una década en Resistencia, Chaco. Un ciclo atravesado por la música instrumental, la autogestión como bandera y una identidad sonora y visual cultivada con paciencia y compromiso. Sin letras, pero con muchas voces.
NM - Están cumpliendo 10 años como banda y, a la vez, cerrando un ciclo. ¿Cómo lo viven?
LV - Es una mezcla de emociones. Diez años no es poco y al mismo tiempo sentimos que esto recién empieza en muchos sentidos. Algunos de nosotros estamos por hacer cambios grandes en nuestras vidas, incluso mudanzas. Entonces nos pareció el momento indicado para cerrar esta etapa. Hablamos con Nicolás Ojeda, de Resonancia, le contamos la idea y enseguida apareció la posibilidad de tocar en el Guido Miranda, el 16 de abril. Ahí supimos que tenía que ser así: un cierre grande, sentido, a la altura de todo lo que construimos.
NM -¿Qué representa este concierto para ustedes?
LV- Es mucho más que un show. Es una celebración de todo lo que logramos desde el primer ensayo hasta hoy, sin depender de grandes estructuras, solo con trabajo y autogestión. Es el reflejo de una banda que siempre eligió crear a su manera, que nunca se dejó apurar por las lógicas del mercado. Con este concierto queremos mostrar eso: lo que fuimos, lo que somos y lo nuevo que se viene.
NM- ¿Ese “nuevo” también se traduce en material inédito?
LV- Sí, venimos grabando un nuevo material desde hace tiempo. Son cuatro piezas instrumentales que trabajamos durante años. No las llamamos canciones porque no hay letras ni cantores. Hay texturas, atmósferas, emociones. Empezamos siendo una banda analógica, muy del ensayo y error, y con el tiempo sumamos sintetizadores, sampleos, pistas. Desde que Diego se unió en 2019, el sonido cambió, se expandió. Eso se escucha en este nuevo trabajo. Es una síntesis de lo que fuimos y una puerta hacia lo que podría venir.
NM- ¿Y en lo personal, qué les queda después de esta década de hacer música?
LV- Una palabra: autogestión. Fue la clave de todo. Desde armar nuestras propias fechas, hablar con bares, hasta diseñar los flyers y hacer la prensa. Nada nos fue dado: lo construimos todo con esfuerzo y con otros artistas y amigos que fueron parte del camino. Eso nos dio herramientas, vínculos y espacios. Así nació también Pulmón, nuestra casa-estudio en Resistencia.
NM- ¿Pulmón es más que un lugar para ensayar?
LV- Pulmón es un corazón latiendo. Es nuestra sala, pero también una productora, un refugio para la creación y el encuentro. Hacemos talleres, clínicas, fiestas con aforo limitado. Creamos un lugar seguro, cómodo, donde se pueda experimentar y aprender. Y sí, también surgió de una necesidad práctica: soy baterista y a esta altura mover la bata no es tan divertido, ja. Pero también responde a algo más profundo: la necesidad de construir nuestros propios espacios, con nuestras reglas.
NM- El Guido Miranda es un teatro grande. ¿Cómo se preparan para eso?
LV- Con mucho trabajo y emoción. Hemos tocado en teatros y auditorios antes, pero esta vez todo es nuestro: desde la curaduría hasta la puesta en escena. Invitamos a Pieris Japonica, un proyecto que admiramos mucho, pero el foco está en Las Voces. Va a ser una experiencia distinta. Gracias a Resonancia, que nos ayuda con la gestión y los papeles, podemos enfocarnos en lo artístico, en lo que queremos contar. Porque esto no es solo música: es una narrativa, una despedida.
NM- ¿Por qué “Las Voces”, si no tienen cantantes?
LV- Porque creemos que no todas las voces son humanas. Cada instrumento tiene su forma de decir algo. En cada tema hay una presencia, una emoción que habla. Desde el inicio nunca sentimos la presión de tener un vocalista. Queríamos hacer música desde otro lugar. Y eso también se refleja en lo visual: luces bajas, contraluces, anonimato. Una estética onírica, que invite a viajar.
NM- ¿Qué puede esperar el público del concierto del 16?
LV- Una noche única. Vamos a tocar temas que hace mucho no hacemos, algunos que el público siempre nos pide y también versiones renovadas. No repetimos el álbum en vivo: nos gusta reinterpretar lo que hicimos. Va a haber una puesta de luces tremenda, una invitada sorpresa y un cierre que esperamos sea tan emotivo para el público como lo es para nosotros. Los invitamos a seguirnos en Instagram (@sonlasvoces), donde vamos a contar algunas sorpresas más cerca de la fecha.
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El miércoles 16 de abril a las 21.30 en el Guido Miranda, Las Voces despide una etapa que nació desde la autogestión y el deseo de hacer música instrumental con identidad propia. Un cierre que no es final, sino transformación.
Entrevista completa: https://youtu.be/t62Sy4G2KOY