(Por Jeremías Giordano)

Una confusión entre suicidio y asesinato conmocionaba la noche del sábado al mundo periodístico correntino. Se había encontrado muerta a la periodista Griselda Blanco, en su casa de Curuzu Cuatiá. En principio intentaron difundir lo sucedido como un suicidio. Pero ahora la causa ya esta caratulada como homicidio y se investigan dos líneas: un femicidio, que tendría como sospechoso a su ex pareja; o un asesinato relacionado a denuncias periodísticas. 

Es importante entender el rol que juega la segunda línea de investigación, porque su último caso tratado periodísticamente era sobre la muerte de una joven a causa de una aparente mala praxis en el Hospital local. También llevaba adelante el tratamiento de un entramado de corrupción policial en Curuzu Cuatiá, y acompañaba a diversas víctimas de casos de injusticia. En el caso de la primera línea sería otra víctima del patriarcado en la provincia que también es ejercido culturalmente desde los estratos de poder de Corrientes. 

En ambos casos es importante observar que hay un poder que genera todos los mecanismos desde ese lugar para protegerse constantemente de las situaciones en las cuales entra en crisis. Y el "suicidio" aparece casi como un método que pone al descubierto otras cuestiones. Rubén Suarez en el 2019, y Hernán Gónzalez Moreno en el 2009, son otros ejemplos. 

El primero era gremialista, el secretario general de la UTA, y además senador provincial. Fue encontrado muerto a orillas del Río Paraná, poco después que su delegación se había declarado en estado de asamblea permanente por la situación de los choferes de colectivos, situación en la que también fue apedreado en un conflicto en los galpones de la empresa Ersa. 

Suárez, igualmente, no estuvo en el anuncio de la asamblea y esgrimió motivos personales. Luego sería encontrado sin vida. 

Hernán González Moreno, periodista, empresario de medios, es uno de los casos más conocidos. Se suicidó a horas de las elecciones de segunda vuelta para la gobernación en Corrientes, a días de haber denunciado a uno de los candidatos, Ricardo Colombi, que luego sería gobernador. El otro candidato era el gobernador por el 2009, Arturo Colombi, de estrecha relación con la víctima. 

González Moreno había sido encontrado muerto de un tiro en la cabeza luego de haber hecho publica una denuncia por enriquecimiento ilícito sobre Ricardo Colombi, y tras que su familia había recibido amenazas telefónicas de muerte. 

Desde el 2009 hasta hoy son 14 años de profundización de un poder conservador que le brinda estabilidad a todo tipo de delitos, injusticias y negocios. Acá lo que está en juego es un entramado de poder profundamente violento y patriarcal, que tiene más de 25 años en realidad, y que involucra a todos los poderes, ya sea los tres del Estado, las fuerzas de seguridad, el empresarial y el sistema de medios.