Durante el sábado pasado, Javier Almirón de 32 años, fue encontrado muerto en su celda de la Comisaría Primera de Esquina.  Debía ser trasladado por el Servicio Penitenciario a la Unidad Penal de Corrientes, y fue hallado sin vida, ahorcado con la manga de su camisa.

Las autoridades policiales hablan de un suicidio, pero los familiares y organismos de derechos humanos dudan de la versión oficial.

Desde la Red de DDHH, exigen que sea removida la cúpula policial de esa Comisaría. Hace menos de un mes, otro hombre murió en condiciones similares. ”Los suicidios parecen ser una pandemia peor que el Covid-19 en esa comisaria del terror. Tres suicidios nunca investigados a fondo en menos de dos años”, expresaron.

En julio de 2020 apareció ahorcado Julio Romero de 59 años, en julio de 2022 Núñez de 31 años y ahora Javier Almirón de 32. Todos en la misma comisaría y de la misma forma.

También explicaron que “debe retirarse de la investigación a la policía y aplicarse  el Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas (2016) que establece una norma común de desempeño en la investigación de una muerte potencialmente ilícita y un conjunto común de principios y directrices para las instituciones y las personas que participen en la investigación”.