La caída del poder adquisitivo de las y los trabajadores argentinos sigue siendo alarmante. Los salarios se desplomaron durante los cuatro años del Gobierno de Mauricio Macri; y continúan con la misma tendencia en los casi tres años de mandato del Frente de Todos.

Así lo marcaron distintos estudios. El más preocupante es el realizado por el Observatorio Económico Regional Urbano (Oeru) de la Universidad de Cuyo.

Dicho relevamiento señaló que los salarios registrados cayeron en términos reales entre enero y agosto de este año, un 3,1%. Mientras que la caída entre los no registrados, que representan el 33% de la masa laboral, fue mucha peor: los salarios descendieron 9,9%.

Por su parte, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), en su último Informe de Coyuntura, señaló que, durante los tres años de gobierno de Alberto Fernández, los salarios valen menos que en el último trimestre del 2019, cuando finalizó el mandato presidencial de Mauricio Macri.

El estudio reveló que, entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo de 2022, los salarios reales de los trabajadores registrados se redujeran un 2,1%. En el caso de los trabajadores no registrados, la caída se extendió al 3,4%.

De acuerdo al Informe, la caída del salario real no se revierte desde el primer trimestre de 2018.

Según Cifra, dos son las causas que explican este escenario: por un lado, la aceleración del proceso inflacionario que prevé un aumento de precios promedio del 100% para fin de año. Y, por el otro, la moderada política de ingresos del Gobierno nacional; que se refleja en las bajas actualizaciones del salario mínimo.

A diferencia de la etapa macrista, donde la caída de los salarios se expresó por una profunda recesión económica, la continuidad de ese descenso del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras en la actual etapa, se debe al ajuste por inflación.

Desde el 2021 se evidenció un aumento de la productividad, pero los salarios siguieron siendo bajos y continuaron su deterioro. En conclusión, continúo la transferencia de recursos desde los trabajadores hacia los empresarios.

En 2017, la remuneración al trabaja asalariado representaba el 54,3% del valor agregado; mientras que en el 2022 significa el 46,9%. Una caída de 7,4%, de los cuales cerca de la mitad se perdió durante el actual gobierno.