Las intensas lluvias que azotan la provincia de Corrientes desde mediados de octubre volvieron a poner en emergencia a San Luis del Palmar, una localidad históricamente vulnerable a los anegamientos. En pocos días se acumularon más de 300 milímetros de precipitación, lo que provocó el desborde del arroyo Riachuelo y afectó tanto al casco urbano como a los parajes rurales.

Se informó que más de 200 personas resultaron afectadas, entre evacuados, autoevacuados y familias aisladas. En las últimas horas más familias comenzaron a abandonar sus viviendas en la zona rural, ante la imposibilidad de transitar los caminos anegados. Las áreas más comprometidas son los barrios cercanos al cauce del arroyo y la cuarta sección rural, donde el agua ingresó a las casas y dejó a productores sin posibilidad de acceder a sus animales ni trasladar alimentos.

Para atender la emergencia, el municipio habilitó dos centros de evacuación: el Salón de Usos Múltiples (SUM) y el polideportivo “Mbaya Soto”, donde se brinda asistencia con alimentos, ropa y atención sanitaria. Equipos de Acción Social y Salud realizan relevamientos casa por casa, aplican vacunas y prestan atención veterinaria a las mascotas de las familias afectadas. Se evalúa, además, la apertura de un tercer refugio ante la persistencia de las lluvias.

Las imágenes difundidas en los últimos días muestran calles convertidas en ríos, viviendas con el agua a la altura de las ventanas y niños desplazándose en improvisadas balsas. En los parajes, los caminos de tierra se transformaron en lodazales intransitables. La situación generó también críticas por la poca planificación habitacional como la entrega de terrenos y viviendas en zonas bajas sin estudios de impacto hídrico, lo que agravó la vulnerabilidad de numerosas familias.

San Luis del Palmar se encuentra en una zona de alto riesgo de inundación fluvial, según el índice internacional Think Hazard!. Las autoridades locales advierten que, con el terreno saturado, cualquier nueva precipitación puede generar más evacuaciones y complicar la asistencia. El pronóstico indica que las lluvias podrían continuar durante la semana, por lo que se mantiene el estado de alerta.