JUSTICIA

Santa Rosa: se aprobó la querella autónoma en el caso del menor fallecido en la pileta

El juez de Garantías, Ignacio Dubrez, aprobó iniciar los procesos de imputación para el padre y el abuelo del menor.

Este martes por Resolución 239 el juez de Garantías de la localidad de Santa Rosa, Ignacio Dubrez, en audiencia presencial dio por completa la querella autónoma. 

La misma la ejerce la abogada Liliana Gómez, en representación de Andrea Klaus, la madre del menor de 2 años que se ahogó en la pileta paterna en el interior provincial durante el pasado febrero. 

En la misma audiencia y por Resolución 428 la ahora querella autónoma formuló el pedido de imputación para el padre y el abuelo del niño, por “homicidio calificado por comisión por omisión”, que fue aceptado por el juez. 

El siguiente paso es la notificación a estas personas y la realización de otra audiencia para que se formalicen las imputaciones. Por consecuencia, deberán presentarse con abogados particulares o hacer uso de un defensor oficial. 

Una vez que se les notifique al padre y al abuelo del menor con las copias para el traslado, se realizará la audiencia de control de acusación. 

El caso

El 20 de febrero Andrea recibió el llamado de su ex pareja y padre del menor de 2 años, quien le informaba que el niño se había caído en una pileta y que se había ahogado.

El pequeño pasaba las vacaciones con su padre y su familia paterna en la localidad de Santa Rosa. 

Inmediatamente inició el viaje desde Buenos Aires hacia el interior provincial, en el trayecto el padre del menor no le respondía mensajes o llamadas, sólo atinó a decirle que ya lo estaban velando. 

Al llegar ella a la sala velatoria en la madrugada, preguntó si ya se había hecho la autopsia correspondiente, a lo que le respondieron que sí desde la familia del padre. 

Volvió con el cuerpo de hijo en un cajón hacia Buenos Aires, para velarlo y enterrarlo allí. Es entonces cuando desde la casa velatoria bonaerense le informan que no había ninguna autopsia en el sistema.

El consejo que le dan es colocarlo en un nicho y no bajo tierra, por si luego le harían el procedimiento legal. 

Tras meses de infinita lucha, finalmente a principios de octubre estuvieron los resultados de la autopsia, de los que Andrea se enteró primero por los medios que por la Justicia correntina. 

En el resultado se evidencia que el menor sufrió y que falleció por “asfixia por sumersión”. Durante todos esos meses ella intentó comunicarse con el padre del menor, quien primero la bloqueó y luego la instó a que “deje las cosas como están”. 

Sobreviviente

Andrea además de tener que sobrevivir a la muerte de su único hijo tan pequeño, tuvo que atravesar diferentes situaciones de violencia de género por parte del padre del menor, un oficial de Gendarmería. 

Por ejemplo, él la celaba siempre con el padrino del niño, quien a la par es el hermanastro de él. 

En una situación el hermanastro y la madre del padre del menor se quedaron a dormir en la casa en la que convivía Andrea con su entonces pareja.  

Ambos varones durmieron en el living y Andrea con su hijo en el dormitorio. Esa noche ella se levantó a hacerle la leche al niño durante la madrugada. 

La mañana siguiente el padre del menor le recriminó en varias oportunidades que ella se habría levantado para estar con el padrino del niño y no para hacerle la leche al pequeño. 

Situaciones similares incomodaban a Andrea en su cotidianeidad, como el hecho de que a él no le gustaba que vengan personas a la casa que compartían. 

En varias oportunidades sus amigas se retiraron del domicilio, ante la incomodidad de las actitudes de su entonces pareja. 

Cuando ella decidió finalizar la relación, la violencia psicológica aumentó exponencialmente. 

En ese momento el padre del menor aún contaba con la llave de la casa que compartían, debido a que debía terminar de llevar sus pertenencias.

Él aprovechaba el beneficio de tener la llave no sólo para ingresar a la vivienda a revisarle el celular a Andrea, también revolvía su ropa interior para saber si se había comprado algo nuevo. 

En una oportunidad cuando ella estaba trabajando y el niño en el jardín, él colocó un preservativo en la rejilla y le sacó una foto para hostigarla a preguntas por mensaje sobre con quién había estado.

Tiempo después el padre del niño admitiría que fue él mismo quien colocó ese preservativo en ese lugar. 

Cuando por motivos laborales él tuvo que trasladarse a Bariloche, la videollamaba constantemente a la madrugada para violentarla preguntándole con quién estaba. 

Estos episodios no sólo perturbaba su sueño, siendo ella la única que velaba por la integridad del menor, sino que además emocionalmente la vulneraban, ante la suma de la violencia atravesada durante toda la relación. 

Es importante destacar todas estas cuestiones y la violencia atravesada por Andrea, ya que aún es víctima del padre del menor y de su familia. 

Ella sostiene que nunca estuvieron a disposición para el esclarecimiento del caso y tampoco le han brindado las respuestas necesarias para comprender la muerte de su único hijo. 

Hace pocas semanas el abogado del padre del niño expresó en un medio capitalino que no se respetaría el dolor de su cliente. 

No sólo le mintieron a Andrea sobre la denuncia, la bloquearon de las aplicaciones de mensajería cuando exigía respuestas y ahora pretenderían invisibilizar su dolor. 

Justicia Santa Rosa Corrientes