ANáLISIS

Femicidios: multiplicados en números y niveles de crueldad

En 22 días fallecieron de manera violenta 15 personas, lo que arroja un femicidio cada 36 horas.

(Por María C. Bar, licenciada en Trabajo Social)

El triple femicidio de Brenda -20 años-, Morena -20 años- Lara -15 años- ocurrido el 24 de Septiembre en Florencio Varela y el cuerpo hallado el 16 de Octubre, de Azul Semeñenko, desaparecida el 25 de Septiembre, pasaron apenas 22 días. 

En estos 22 días fallecieron de manera violenta 15 personas, lo que arroja un femicidio cada 36 horas. Cabe aclarar que se trata de: 13 mujeres; un varón (femicidio vinculado); y una persona trans.

Estos diez hechos dejaron algunas cuestiones a tener en cuenta: el triple femicidio está catalogado como “Narcofemicidio”, teniendo en cuenta lo expresado por la Coordinadora del Observatorio de Violencia de Género bonaerense, Laurana Malacalza.

Malacalza explicó que la figura de narcofemicidio permite visibilizar cómo las violencias de género se entrelazan con la narcocriminalidad y adquieren rasgos específicos en contextos de narcomenudeo. 

Además de lo señalado precedentemente, cabe señalar sobre otras cuestiones vinculadas: la tortura previa; la difusión a través de una red social; y el destino de los cuerpos. 

Lo que remite a la exacerbación de una crueldad generalizada, incluso desde niveles institucionales, lo que se puede constatar en la violencia ejercida en relación a jubilados, discapacitados, científicos, empleados públicos, etc.    

En el caso del triple femicidio, intervinierin varias personas, de diferentes edades y responsabilidades, y aparentemente quienes ejecutaron el plan previsto, tienen 20 y 28 años.

La edad de los victimarios puede resumirse en la siguiente tabla: 

Si bien no se observa una tendencia definida, sí se pueden apreciar los medios y los modos que decide tener en cuenta el femicida para eliminar a su víctima. En todos los casos, se advierte un desprecio ante el dolor o el sufrimiento de la otra persona, lo que se evidencia en las torturas o violaciones, etc. 

Por ejemplo, el fiscalm Marcelo Soto, actuante en la causa de Gabriela Barrios, confirmó que la joven fue torturada antes de morir. Los resultados de la autopsia revelaron un cuadro de extrema violencia: la víctima presentaba múltiples golpes en distintas partes del cuerpo, especialmente en la cabeza, además de heridas punzocortantes y signos compatibles con un abuso sexual con acceso carnal. 

Desde esa postura, descartan el cuerpo de la víctima en un pozo destinado al depósito de materia fecal, en un aljibe, en el fondo de una casa o tirándola desde un 6to piso, etc. 

Un punto muy especial, está determinado –en los casos aquí descriptos- por la presencia de niños en la escena criminal. Cabe tener en cuenta que estos hechos impactan negativamente en la vida emocional de ese niño o niña y para lo cual es imprescindible un abordaje serio y sostenido que posibilite -al menos- un alivio de esos efectos. 

También vinculado a las niñeces, un niño de apenas cinco años, entre estos casos seleccionados, fue secuestrado por su padre.  

Otro hecho muy preocupante en estos 22 días, tiene que ver no sólo con la crueldad ejercida, sino también con el aumento del número de víctimas en una misma situación: en el caso del Narcofemicidio hubieron tres- victimas. En el protagonizado por Pablo Laurta, también hay tres víctimas: su ex, la madre de ésta y el chofer.  

Asimismo, en el caso de Bahía Blanca, un familiar es responsable del femicidio de dos mujeres: madre e hija.     

Pareciera que, en un número importante de casos, se reconocen hechos que pueden ser definidos a través de conductas asociadas al sadismo, a la crueldad, se mencionan de manera especial, como Narcofemicidio, 

El caso de Gabriela Barrios, de Avia Terai Chaco; la autopsia reveló ensañamiento, golpes en todo el cuerpo, especialmente la cabeza, signos compatibles con el abuso sexual. El hijo que asestó 34 puñaladas a su madre, familiar que padece una dolencia compleja en el ámbito de su salud mental, la que se ve afectada por el consumo de cocaína. 

La importancia que alcanza la perspectiva de género en el marco de equipos forenses actuantes, debería ser analizada, evaluada, supervisada, para que estos equipos garanticen investigaciones integrales y propias de espacios interdisciplinarios. 

En relación a esta cuestión, el caso de Pablo Laurta, (autor del doble femicidio y del femicidio vinculado) reveló una serie de fallas judiciales y advertencias ignoradas. Una pericia psicológica de 2024 determinó que el hombre “no era peligroso”, pese a sus antecedentes de acoso, amenazas y violación de perimetrales. 

Oara finalizar, un párrafo de Maria Laura Postiglioni, en su trabajo Femicidio sin vínculo y con crueldad sobre el cuerpo de las víctimas. El "odio de género" del inciso 4 del artículo 80 del Código Penal,  que dice: 

"La complejidad y letalidad que tiene el delito de femicidio en nuestro contexto impone la necesidad del desarrollo de herramientas adecuadas para su tratamiento, desde los distintos ámbitos, no solo el judicial. La legislación ha dado un importante paso al incorporarse las figuras en el Código Penal, resta, no obstante, evaluar su impacto, aplicabilidad y eficacia en la investigación y sanción de los hechos.

Finalmente, resaltar que el Estado debe dar una respuesta integral frente a estos hechos no solo a las víctimas sino a toda la sociedad para superar la idea de impunidad que ronda en torno a los mismos cuando no se logran los resultados esperados. Entiendo, por ello, que se requiere reforzar la capacitación y la incorporación de la perspectiva de género en los actores involucrados en estos".

Femicidio Violencia de Género Argentina