ANáLISIS

La historia se repite: otra deuda con el FMI para financiar la fuga de capitales

Mientras caen las reservas del Banco Central y los depósitos en dólares, el Gobierno de Milei recurrió a una vieja receta liberal: endeudarse con el FMI para financiar la bicicleta financiera.

El Gobierno nacional emitió un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para avanzar en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La iniciativa sólo contiene el pedido de autorización para llegar a un nuevo acuerdo, pero carece de cualquier detalle técnico sobre el avance de las negociaciones.

El mecanismo del DNU se realizó más allá que la legislación nacional indica que debe ser el Congreso el que autoriza las negociaciones con el FMI. El decreto comenzó a regir desde el momento de su publicación, más allá del tratamiento en el Congreso, que posteriormente definirá su aprobación (bastará con el visto bueno de una sola de las dos Cámaras).

Las estimaciones hablan de entre u$s8.000 millones y u$s12.000 millones de fondos frescos que recibiría el Gobierno, sumados a otros recursos que permitirán comenzar a repagar una parte de esos desembolsos.

De esta forma, Argentina pasaría a contar con más del 35% del total de la cartera del FMI, que cuenta con u$s145.446 millones, de un total de 92 países con los cuales el organismo tiene asistencia. En sólo 60 años, al menos 20 veces la Argentina debió recurrir al organismo.

De acuerdo a datos oficiales del propio FMI actualizados al día de hoy, Argentina tiene una deuda de u$s41.182 millones. A lo que hay que sumar el nuevo préstamo que superará los u$s10.000 millones.

Este pedido de un nuevo endeudamiento se produce en momentos de una gran salida de capitales, y de una abrupta caída de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

En cuatro meses, salió del sistema el equivalente a casi el 20% de las divisas que entraron con el blanqueo realizado el año pasado. Desde el pico de fines de octubre, los depósitoes en dólares cayeron u$s4.284 millones. En lo que va del año, acumulan un retroceso de u$s1.149 millones.

La salida de depósitos privados en moneda estadounidense acumulada desde el 31 de octubre ya equivale al 19,3% del dinero blanqueado en efectivo.

Asimismo, el BCRA destinó en enero u$s984 millones de las reservas para intervenir de forma directa sobre los dólares financieros; un monto que se suma a los cerca de u$s1.500 millones de exportaciones que se liquidaron en el CCL a raíz de la continuidad del “dólar blend”.

Las reservas netas siguen en terreno bien negativo: entre u$s4.000 millones y u$s10.000 millones, dependiendo de la metodología que se use. Las reservas brutas siguen en baja. Y los analistas estiman que, con este esquema, habrá un faltante de divisas este año de entre u$s9.000 millones (consultora 1816) y u$s13.000 millones (CP Consultores). Un agujero que Javier Milei y Luis Caputo quieren cubrir con el nuevo endeudamiento del Fondo.

El carry trade o bicicleta financiera, se trata de otorgarle a los especuladores tasas de interés en pesos superiores a la devaluación mensual. Mientras la tasa de interes en pesos es de 2,5%, la apreciación del dolar solo es de 1,1%.

Así, los operadores compran acciones en pesos que un mes después valen 2,5% más, y con ese excedente se pasan al dólar.

Esta historia de tomar deuda para financiar la salida de capitales especulativos, último paso de la bicicleta financiera, no es nueva para el país. Es algo que ocurrió entre 2018 y 2019, durante el Gobierno de Mauricio Macri, con algunos actores que se repiten.

En diciembre del 2023, el FMI dio a conocer las conclusiones de su investigación interna sobre el préstamo de 57 mil millones de dólares (45 mil millones efectivos) que le otorgó al gobierno de Macri. Un crédito que no sólo fue el más alto de Argentina, sino también el mayor en la historia del organismo internacional.

La principal conclusión del informe fue que el Gobierno de Macri debió interponer controles de capitales para ordenar los flujos y evitar fuga de divisas, que es lo que terminó ocurriendo antes y después de tomado el crédito. De hecho, si se mide la fuga en los meses posteriores, se fue del país casi la totalidad del préstamo.

Cuando se firmó el acuerdo con el FMI, el ministro de Hacienda era Nicolás Dujovne; y el de Finanzas era Luís "Toto" Caputo. Mientras que el presidente del Banco Central era Federico Sturzzeneger.

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