SOBERANíA
Tierra del Fuego: aranceles y soberanía en juego
La eliminación de aranceles a productos electrónicos importados podría desmantelar el régimen industrial fueguino, amenazando miles de empleos y debilitando la soberanía argentina en un territorio clave.
El anuncio del gobierno nacional de eliminar los aranceles a productos electrónicos importados no solo genera un fuerte impacto en la economía de Tierra del Fuego, sino que también pone en jaque la soberanía argentina sobre una de sus regiones más estratégicas.
Esta medida, anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, apunta a que los productos importados como celulares, televisores o aires acondicionados lleguen a precios más bajos al consumidor. Sin embargo, el costo real de esta decisión sería altísimo: la desarticulación del régimen especial de Tierra del Fuego, creado hace más de 50 años con el objetivo de poblar la región, generar trabajo y garantizar presencia nacional en un territorio geopolíticamente clave.
Según datos oficiales, solo en la ciudad de Río Grande, la industria electrónica representa el 78% de la economía local y emplea a más de 6.700 personas. El gobernador Gustavo Melella calificó la medida como "una amenaza directa a nuestra soberanía" y advirtió: "No vamos a permitir que se desmantele el corazón productivo de nuestra provincia". Ya anunció que iniciará acciones judiciales contra la medida.
Por su parte, más de 20 sindicatos provinciales convocaron a un paro general para el 21 de mayo. Horacio Catena, secretario general del SUTEF, expresó: "No nos vamos a dejar expulsar de la isla. Lo que buscan es entregar el Atlántico Sur a la OTAN". En la misma línea, Alberto Urquiza, de la UOM, advirtió que "peligran más de 100 mil puestos de trabajo directos e indirectos".
La cuestión excede lo económico. Es una decisión que amenaza con despoblar una provincia estratégica, cercana a las Islas Malvinas y que constituye el último eslabón territorial antes del paso al continente antártico. Debilitar su estructura económica podría ser el primer paso hacia una fragmentación territorial funcional a intereses externos.
La advertencia de lo que podría suceder se concreto, el impacto de la medida encendió un conflicto social profundo. Las voces sindicales y comunitarias alertaron sobre un vaciamiento que no es solo laboral, sino también cultural y poblacional.
En ese marco, lo que se presenta como una simple decisión de mercado, es en realidad una movida política que puede redefinir la presencia argentina en el extremo sur. Y que podría, con la excusa de la eficiencia económica, abrirle la puerta a una nueva etapa de entrega de soberanía.