DENUNCIAS

Las torturas a soldados en Malvinas todavía esperan por Justicia

Hay más de 100 militares argentinos denunciados por agresiones físicas y psicológicas a soldados de su propia tropa. Solo cuatro están procesados y ninguno condenado.

Una de las partes más ocultas de la Guerra de Malvinas son las torturas que perpetraron jefes militares a sus propios soldados durante el conflicto bélico de 1982. A pesar de las denuncias, ningún comandante fue condenado.

Se trata de más de cien militares argentinos denunciados por agresiones físicas y psicológicas a soldados de su propia tropa. De ellos, apenas cuatro fueron procesados; y no hubo todavía ninguna condena.

Las torturas consistían en soldados enterrados hasta el cuello, estaqueados, obligados a meterse al mar o a pozos de zorro llenos de agua helada, picaneados con teléfonos de campaña, víctimas de brutales palizas.

De acuerdo a los datos recabados, cuatro conscriptos murieron desnutridos, por inanición, aunque se los hizo pasar como "muertos en combate". Uno fue fusilado.

Uno de los casos más emblemáticos fue el de Gerardo Rosche. El soldado cordobés, no solo fue torturado durante la guerra, sino que después tuvo que pasar cinco años presos. Recién fue liberado por el Ejército en 1987.

Tras la rendición de Puerto Argentino en junio de 1982, lo metieron en un calabozo. Como se fugó, lo pasaron primero al pabellón psiquiátrico de Campo de Mayo, y luego fue trasladados a distintas unidades militares hasta su liberación.

El objetivo era amedrentarlo para que no hable de los vejámenes que sufrió en la guerra. Lo acusaron de haber cometido actos de indisciplina militar.

La investigación judicial de las torturas en Malvinas está frenada con el argumento de que los delitos prescribieron.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene para resolver dos expedientes donde se debate si los delitos son imprescriptibles, por ser considerados de lesa humanidad. Sin embargo, cajonea las apelaciones.

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