ANáLISIS
Ocho meses de Milei: Crisis económica y crisis social
La crisis económica que data de, por lo menos, seis años, se profundizó con las medidas tomadas por el Gobierno libertario. La consecuencia es una crisis social cada vez más dramática.
(Por Diego Silva)
Hay una crisis económica que se explica por la feroz devaluación de casi el 120% que realizó Milei apenas asumió en diciembre pasado, la liberación de los precios de la canasta básica y combustibles; y la quita de subsidios a los servicios públicos como luz, agua, gas y transporte.
Esto se está trasladando a precios sin una recuperación del salario que equipare los aumentos, por lo que la caída del poder adquisitivo de trabajadores y trabajadoras continúa su curso en similitud con lo que viene sucediendo desde hace más de ocho años.
A lo que se suma un problema que no existía hasta hace unos meses y que se está transformando en la principal preocupación de argentinos y argentinas: la desocupación. A la decisión del Gobierno de achicar el Estado con miles de cesantías en los últimos meses se suma la caída de la actividad en el sector privado, en particular la construcción por la decisión de eliminar la obra pública, lo que se traduce en una progresiva pérdida de puestos de empleos.
En ese sentido, solo un dato: el 80% de los puestos de trabajo perdidos durante los primeros siete meses del Gobierno de Milei corresponde al sector privado.
Algunos datos de esto último: el Indec informó que la capacidad instalada de la industria volvió a caer en junio al 54,5%, desplomándose más de 14% en relación al mismo mes de 2023, cuando fue de 68,6%.
Respecto a mayo, el índice cayó 2,1%. El descenso se produjo luego de dos meses al alza, para alcanzar su segundo menor nivel en todo el primer semestre.
Vale recordar que la Unión Industrial Argentina (UIA) ya había informado que la actividad de la industria volvió a desplomarse en junio casi un 20% interanual, mientras que también se derrumbó casi 6% respecto a mayo de este año.
Asimismo, la Consultora Focus Market informó que el consumo se desplomó 11% en julio respecto al mismo mes del año pasado; y 0,2% en relación a junio. Pero el dato más alarmante, es que el consumo masivo, es decir las ventas que se producen en supermercados, cayó 16% el mes pasado.
En ese sentido, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), señaló que el consumo de verduras y frutas descendió 40% en julio. Según CAME, la caída se debió a la disminución del poder adquisitivo y a la no convalidación de precios por parte del consumidor.
Otro dato para resaltar en este punto es que los precios de verduras, frutas y hortalizas se multiplicaron 3,1 veces del campo a la góndola durante el mes pasado. Es decir, el consumidor pagó $3,1 por cada $1 que recibió el productor en el séptimo mes del año.
Crisis social
Según la Universidad Católica Argentina (UCA), en el primer trimestre de este año, el 54% de la población argentina era pobre y más del 20% indigente. Sin embargo, el dato más preocupante es que el 2023 finalizó con un 63% de niños y adolescentes siendo pobres y un 16,2% indigentes. Se trata de la cifra más alta desde 2010, según la casa de estudios.
Estos números son todavía sin el impacto negativo de las medidas económicas tomadas por Milei, por lo que actualmente las cifras de pobreza e indigencia en niñeces y adolescencias deberían ser más impactantes.
En una visión más pormenorizada del estudio de la UCA, que analiza la pobreza multidimensional poniendo el foco en el contexto socioeconómico de los jóvenes menores de 17 años, se llega a las siguientes conclusiones:
El 32,2% de los niños y adolescentes en la Argentina actual sufren inseguridad alimentaria; el 55,8% no cuentan con obra social, mutual ni prepaga por lo que dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica.
En relación al Derecho a la vivienda, el 39,5% padeció de no tener acceso a alguno de los tres derechos básicos: acceso a agua corriente, red de cloacas e inodoro con descarga.
El 23% de los niños de 3 a 5 años se encuentran no escolarizado, mientras que el 82,6% de los niños y adolescentes entre 6 y 17 años asiste a una escuela de gestión estatal.
Asimismo, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica publicó un estudio de Alfredo Serrano Mancilla y Mariana Dondo, en el que afirmó que “73,3% es el verdadero número de la Pobreza en Argentina”.
Sustentan esa afirmación en la Encuesta Permanente de Hogares del Primer Trimestre de 2024, que dio que el 55% de los argentinos y argentinas tiene un ingreso menor a la Canasta Básica Total (CBT), que precisamente marca el umbral de la pobreza.
Pero el estudio agrega que existe un 18,3% de hogares “casi pobres”, que tienen ingresos en el rango de 1 a 1,5 de la CBT. “Están justo en el límite, son vulnerables, y de ninguna manera son clase media”, afirmaron Serrano Mancilla y Dondo.
En definitiva, “si realmente nos preocupa la pobreza en serio, deberíamos contemplar la suma de los unos y los otros, los ‘pobres’ más los ‘casi pobres’. O sea: un 73,3%”, indicaron.
Para la Celag, la CBT tiene un tipo de medidas que “ignoran a los hogares que cuentan con ingresos muy próximos al umbral”. Es decir: si un hogar posee 100 pesos más que el valor de la CBT, “dejaría de ser considerado pobre según los cálculos habituales”.
Sin embargo, “¿sería correcto afirmar que un hogar con un ingreso per cápita de 222.332 pesos mensuales es pobre, pero un hogar con un ingreso per cápita de 222.352 pesos mensuales no lo es?”, se cuestionaron. “La respuesta debe exigir sentido común: no es correcto”, indicaron.
Es así que “tres cuartas de la sociedad argentina ‘malviven’, pero aún seguimos hablando de un país de clase media”.
Algo que, según los investigadores de la Celag, es a tener en cuenta para no seguir “insistiendo en el error de proponer un proyecto político, social y económico sin anclaje en la realidad. “La Argentina de hoy vive mayoritariamente en condiciones de pobreza”, concluyeron.