Este 22 de octubre se cumplen 20 años que se conocieron las primeras denuncias contra el sacerdote, Julio César Grassi, por abusos contra menores que concurrían a los hogares que presidía. El caso fue considerado un punto de inflexión en las denuncias por abusos eclesiásticos.

Grassi cumple una condena de 15 años de prisión por dos hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores. La sentencia fue en el 2009, pero quedó firme recién en 2013. El cura permanecerá en la cárcel hasta el 2028.

El caso se conoció en una emisión del programa televisivo Telenoche Investiga el 23 de octubre de 2002. Allí, se presentaron testimonios de trabajadores de la Fundación Felices los Niños, que presidía Grassi, denunciando el abuso sexual a cinco niños y adolescentes de entre 11 y 17 años.

Uno de los relatos más impactante fue el de "Gabriel" -nombre que se dio para proteger su identidad- quien contó cómo había sido obligado a mantener relaciones sexuales con el cura en 1998 cuando tenía 15 años.

Entre 2002 y 2013, Grassi permaneció con libertad morigerada, es decir que no se le permitió acercarse a los chicos de la fundación, pero continuaba en libertad asegurando que las denuncias en su contra eran parte de una "extorsión".

El cura contó con grandes conexiones con el poder político, mediático y empresarial del país, intentaron entorpecer la investigación.

Su Fundación comenzó a funcionar gracias a un subsidio de 4 millones de dólares y un terreno de 65 hectáreas ubicado en el partido bonaerense de Hurlingham (por entonces Morón), que le cedió en 1993 quien era ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El cura llegó a tener 17 hogares distribuidos en todo país por los que transitaron más de 6.000 niñas y niños, y la imagen que construyó de sí mismo, le permitió encabezar campañas de donaciones en estudios televisivos como los de Mirtha Legrand y Susana Giménez.

Aunque no hay datos oficiales, Anne Barret Doyle, de BishopAccountability.org (Rendición de Cuentas para los Obispos), dijo a Télam en 2019 que "la cifra de curas acusados de abuso (en la Argentina) hoy llega a cerca de 100, pero sabemos que esto es una fracción pequeña del número real".

Y agregó: "Calculamos que podrían llegar a 1.300 los agresores sexuales dentro de la Iglesia argentina y eso se basa en la extrapolación de la relación entre los casos públicamente expuestos y los que la propia Iglesia se vio forzada a divulgar en países como Irlanda, Australia y Estados Unidos".