TERRITORIO
El interior correntino tras el 38° Encuentro Plurinacional: próxima sede Córdoba
Integrantes de la Comisión de Interior repasan lo que dejó el Encuentro en Corrientes, la fuerza organizativa del territorio y los desafíos hacia la próxima sede en Córdoba.
A una semana del 38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en Corrientes, tres integrantes de la Comisión de Interior —Nida Paredez (Ituzaingo), Jessica Gómez (Goya) y Eugenia Grassi Vich (Paso de los Libres)— conversaron sobre el proceso organizativo, la ceremonia ancestral de apertura, la presencia del guaraní, las luchas territoriales y los desafíos del movimiento feminista en la provincia.
Desde sus comunidades, relatan cómo vivieron ser sede, qué redes quedan construidas y qué exige hoy el interior para seguir avanzando. El próximo destino ya está definido: Córdoba será la sede del 39° Encuentro.
Las integrantes de la Comisión de Interior coinciden en que el Encuentro dejó una marca profunda en el territorio. Para ellas, el desafío más importante fue demostrar que el interior resiste y tiene voz, incluso con las distancias, la logística y los recursos limitados. La organización previa implicó meses de reuniones virtuales, chats, llamados y una tarea colectiva para lograr que localidades como Esquina, Goya, Libres o Ituzaingó pudieran movilizarse y llegar a la capital provincial.
Una de las expresiones más potentes del interior estuvo en la ceremonia ancestral de apertura, coordinada por Nida Paredez. Ella explica que la ceremonia partió de una convicción: la apertura debía representar la identidad correntina y, sobre todo, la raíz guaraní. “En guaraní, todo es rito”, recuerdan. Peinarse, levantarse, teñirse, tatuarse, agradecer: cada gesto cotidiano tiene un sentido espiritual. Esa espiritualidad, casi nunca visibilizada por los medios locales, llegó al escenario principal con fuerza, emoción y orden ritual.
Aun así, reconocen que querían sumar más voces de comunidades originarias en escena, pero el presupuesto y la infraestructura fueron un límite. Aun así, el momento logró condensar pedidos colectivos, dolores territoriales y necesidades urgentes que las comunidades arrastran hace generaciones. “Había muchos pedidos y mucha energía: había que sostenerla y canalizarla”, explican.
Desde los pueblos y barrios del interior, la identidad guaraní apareció como reivindicación central. Lo que más sorprendió —dicen— fue el desconocimiento que muchos correntinos tienen de su propia cultura. Mientras desde otros lugares del país se valora la identidad guaraní de Corrientes, dentro de la provincia todavía falta reconocimiento, formación y políticas concretas para fortalecer esa herencia.
Uno de los puntos más sensibles fue la desaparición de Loan Peña, señalada por las integrantes como una de las razones profundas por las que Corrientes debía ser sede. “Sentimos que temas que atraviesan su desaparición —la trata de personas, el narcotráfico— no alcanzaron la fuerza que necesitábamos que tuvieran”, plantean. Por eso insisten en que Córdoba, como próxima sede, debe recoger y profundizar esas luchas.
El debate sobre territorio aparece una y otra vez. Las referentes remarcan que Corrientes es la única provincia del país que no tiene ninguna ley de ordenamiento territorial para comunidades originarias, pequeños productores o familias campesinas. La ausencia total de regulación habilita conflictos históricos: desalojos, falta de titularización, pérdida de tierras comunitarias y ausencia de políticas de acompañamiento. “Los verdaderos dueños de la tierra son quienes la trabajan, no quienes tienen un papel”, señalan.
A eso se suma una preocupación creciente: el extractivismo. Aseguran que la entrega de peces del río ya no es suficiente para los intereses económicos que avanzan sobre el territorio: ahora, directamente, está en disputa la cuenca hídrica del Paraná. Frente a este escenario, distintas organizaciones están elaborando un documento para frenar el avance extractivista, articuladas en un foro de recuperación territorial. Desde la Comisión de Interior, adelantan que compartirán contactos para seguir ampliando la red de defensa ambiental.
En paralelo, la discusión también abarca el derecho a la educación intercultural. Denuncian la falta de implementación real del guaraní, la ausencia de resoluciones que habiliten a docentes bilingües y sabias/os de comunidades a dar clases, y el cierre de espacios institucionales donde el guaraní pueda enseñarse con legitimidad. “Hay gente capacitada, con conocimiento de la lengua y la cultura, pero no se les permite acceder a los espacios”, advierten
Sobre lo que viene, las tres coinciden: el desafío es no desmovilizar. Después de la intensidad del encuentro, saben que la organización suele bajar. Por eso proponen sostener la red del interior, fortalecer la comunicación entre localidades y profundizar los vínculos creados incluso entre personas que no se conocían antes de este proceso. “Unir nuestras voces hace que resuenen más fuerte”, sostienen.
En cuanto al feminismo correntino, creen que el encuentro evidenció la necesidad de avanzar hacia un feminismo plurinacional, popular, decolonial y con protagonismo de las disidencias. El transfeminismo, dicen, tuvo un punto de inflexión en este encuentro, que dejó claro que la apertura de voces y corporalidades es un camino irreversible.
Durante los tres días del encuentro, muchas vivieron un sentimiento inédito de seguridad colectiva: “Era como caminar por una ciudad cuidada por todas”, narran. Ese clima de cuidado mutuo es algo que buscan sostener más allá del evento, porque también saben que cada avance feminista despierta reacciones. “Cuando el feminismo se organiza, el patriarcado intenta interpelar. Por eso hay que seguir fortaleciendo espacios”.
Las comunidades originarias, por su parte, remarcan la urgencia de espacios propios donde debatir problemáticas específicas: acceso a tierras, trabajo en territorios, producción de alimentos, comercialización y políticas que reconozcan su rol. Denuncian que en Corrientes no existe ninguna mesa de diálogo formal y que los espacios de decisión están ocupados casi exclusivamente por varones.
Con el encuentro finalizado, las integrantes de la Comisión de Interior sienten que se abrió una etapa nueva: más organizada, más visible y más consciente del poder territorial. El desafío es sostener lo logrado y llegar fortalecidas al año que viene. Porque la historia sigue: el 39° Encuentro Plurinacional será en Córdoba, y la unidad construida en Corrientes ya empezó a caminar hacia allá.
Entrevista completa: https://www.youtube.com/watch?v=dHL43YbMgrc
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