Antes del inicio del Juicio Oral y Público por la muerte de Joel Rodríguez, el único acusado, Martín Duhalde, propuso abrir un dialogo del cual resultó un acuerdo conciliatorio aceptado por la familia de la víctima.

Rodríguez falleció en enero del año pasado cuando explotó una vieja caldera que estaba en el frigorífico donde trabajaba en Curuzú Cuatiá, y era propiedad de Duhalde.

En el inicio de la Audiencia del miércoles, “el abogado defensor explicó ante el Tribunal del Juicio la extensión del mismo que contó con la aceptación expresa y confirmada personalmente por cada uno de los familiares querellantes, la confirmación por parte del Ministerio Publico Fiscal y el Tribunal”, relataron desde la querella a cargo de los abogados Sonia López y Enrique Tsotson.

“Fue muy importante para poder aceptar la indemnización el hecho que el empresario Martin Duhalde haya pedido perdón expresamente ante los padres y hermanos de Joel presentes”, señalaron. “La familia recibió esas palabras como algo necesario para la pacificación que se buscaba”, agregaron.

Finalmente, a propuesta de la querella unificada de la familia de Joel, Duhalde aceptó realizar una donación al Hospital del Curuzú Cuatiá, “de manera tal de responder con reconocimiento a la solidaridad expresada por la comunidad curuzucuateña con la causa de Joel”.

El hecho

Ocurrió a las 16:20 de la tarde del lunes 25 de enero del año pasado en las instalaciones del frigorífico ubicado sobre ruta provincial 126, a pocos metros de su intersección con ruta nacional 119. Joel Rodríguez sufrió heridas fatales, luego de que explotara una vieja caldera a su lado.

El cuerpo fue trasladado en un utilitario Fiorino, propiedad de la Municipalidad de Curuzú Cuatiá, que ingresó al predio en compañía de un efectivo policial. 

Una vez los familiares llegaron a la morgue del hospital Fernando Irastorza, consultaron por el cuerpo del joven, y se le comunicó que no tenían noticias al respecto, aun cuando una de las familiares desenmascaró al policía que traslado el cuerpo en el vehículo municipal.

Tras la muerte del joven de 23 años, se publicaron las pésimas condiciones de salubridad e higiene de la Barraca Duhalde & Cía, con ratas muertas, carne putrefacta y materia fecal de roedores en productos para la venta.

Por la muerte de Rodríguez se realizaron masivas movilizaciones en Curuzú pidiendo justicia por el joven. Además, se exigió el cese de la protección política y judicial que tiene el dueño del frigorífico. 

Es importante destacar que el dueño de la empresa es miembro de la mesa chica de la Unión Cívica Radical de Curuzú Cuatiá, color que gobierna la ciudad hace tres años.