ABUSO SEXUAL

Caso Federico Soto: amenazaron a la denunciante

El periodista fue condenado a siete años pero sin prisión inmediata. La sobreviviente y su familia temen por su vida.

La mañana del pasado jueves se caracterizó por una tormenta que incluso provocó inundaciones en la ciudad de Corrientes. El cielo gris, los truenos y el calor del ambiente describían los sucesos que acontecerían esa jornada. 

A las 11 horas. era la cita en el Tribunal Oral Penal n*2, ubicado en Plácido Martínez al 1056. Dos minutos antes de lo pactado ingresó al edificio judicial, Federico Soto.

Por las inclemencias del tiempo, lamentablemente muchas organizaciones feministas y políticas que iban a acompañar la última jornada del juicio contra el periodista, no pudieron asistir. 

La sexta jornada en el proceso por abuso sexual con acceso carnal que enfrentaba Soto, comenzó la madrugada del miércoles. 

Un día antes de la lectura del veredicto se empapelaron las vallas frente al TOP con consignas contra el periodista, entre las que se invitaba a la ciudadanía a acompañar la sentencia y exigían su prisión inmediata. 

A las 11:05 horas la prensa pudo ingresar a la sala a retratar el inicio de la última audiencia.  Tras su retiro, el periodista hizo uso por última vez de la palabra ante el Tribunal presidido por Román Esquivel y acompañado por los vocales, Juan José Cochia y Román Esquivel. 

En unos breves minutos remarcó lo que él consideraba que calificaba para declararlo inocente y a continuación, el Tribunal pasó a deliberar. 

La veintena de personas que se acercaron a acompañar a la sobreviviente y su familia, se iban congregando adentro del Tribunal, debido a la intensa lluvia. 

Pasaban los minutos y aumentaba la tensión y el nerviosismo, cinco años habían pasado desde la denuncia para finalmente llegar a juicio. 

El hecho que da origen a la causa, data del 2016 junto a un nuevo intento de agresión a la misma denunciante por Soto en el 2017. 

Un año después se viralizaba el caso en las redes sociales a través del Colectivo de Mujeres de Corrientes. 

Tras la publicación de la realización de la denuncia, a la mensajería del Colectivo llegarían más casos similares de aparentes agresiones de Soto hacia otras mujeres. 

En este punto es importante destacar dos cuestiones, por un lado el antecedente de lo que sería una situación de hostigamiento por parte de Soto a una compañera de carrera en el 2017. 

Esto se daría en el marco de un viaje institucional de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Nordeste a Chile. 

Por otro, que la magnitud de este caso es tal, que en el 2018 el Frente Universitario de Mujeres junto al Colectivo realizaron clases públicas y marchas en repudio a la cursada presencial de Soto. 

El trabajo de ambas organizaciones en conjunto promovieron la aprobación del Protocolo para detectar y erradicar casos de violencia de género en la UNNE. 

Condenado, pero libre

Conforme pasaban los minutos, las inclemencias del tiempo también aumentaban al punto que en un momento era tanta la lluvía, que caía agua dentro del edificio. 

Sin embargo, esto no impedía que más personas llegaran al lugar, para acompañar a la sobreviviente y su familia durante el veredicto. 

Sobre todo, cuando empezó a circular la información de que la lectura de sentencia sería pública.

Durante la espera la defensa, a cargo de Jorge Barboza, brindó una nota a la prensa en la que manifestaba que acorde a su investigación, no se podría determinar con exactitud donde se produjo el hecho denunciado. 

Esta habría sido su estrategia durante todo el proceso, intentar desprestigiar el relato no sólo de la denunciante, sino también de las siete testigos propuestas por la querella, únicas testimoniales del juicio.

La querella, a la que se incorporó Sofía Domínguez, durante los alegatos, también dió una entrevista durante la espera. 

Uno de los puntos que ella remarcó fue la necesidad de la prisión efectiva, ya que tanto testigos, denunciante y denunciado, comparten profesión y Corrientes es una localidad muy chica.

Además, cabe destacar, que a la sobreviviente le han llegado mensajes amenazantes, en los que le decían que se cuide cuando ande por la calle. A la par, varios autos la han seguido en distintos puntos de la ciudad. 

Por esto, la sentencia contra el periodista Federico Soto pone en peligro la vida de la denunciante y su familia. 

Antes del mediodía del pasado jueves el Tribunal condenó a Soto a siete años, pero sin prisión efectiva. 

Dentro de la sala de audiencias la sobreviviente tuvo que ser contenida por sus amigas y familiares, debido a que rompió en llanto ante tanta injusticia. 

Ella confió en la Justicia todo este tiempo y tras más de cinco años de espera y conociendo las amenazas en su contra y su presencia durante la lectura del veredicto, el Tribunal fallaba de esa forma, desamparándola. 

No es menor mencionar que el Tribunal dictó los mismos años de prisión que pidió la Fiscalía a cargo de Gustavo Schmitt.

Cuando la querella había pedido 19 años y el fiscal habría manifestado en su momento, que acompañaría al querellante en el pedido de los años de prisión. 

Pareciera que tanto Schmitt como el Tribunal se olvidaron que las agresiones y existencia de Soto en los ámbitos universitarios, impulsaron la creación del Protocolo, que es un instrumento legal para la UNNE. 

Una de las personas afectadas también fue una familiar de la denunciante, una persona que estuvo al punto de afrontar una crisis, ante tan injusta sentencia. 

Se pidió por favor que la policía en el lugar llame a una ambulancia o a alguien de salud para contenerla en caso de que pase a mayores y la única respuesta de parte del cuerpo policial fue: “¿no hay algún familiar que la ayude?”. 

Con estas palabras se termina de describir el ambiente hostil que es el Tribunal Oral Penal, tanto para sobrevivientes como para sus familias. 

Gran diferencia con el Tribunal Federal, en el que un personal de salud aguarda dentro de la sala, justamente ante algún tipo de situación que requiera su intervención. 

El día después

Desde que se conoció el caso en el 2018 la denunciante siempre resguardó su identidad y jamás se pronunció al respecto del hecho públicamente, justamente por confiar en los procesos judiciales. 

La mañana siguiente a la sentencia tuvo una entrevista en vivo para el programa radial de María Mercedes Vázquez, emitido por Radio Continental. 

Una vez más, ante las injusticias y desprotección judicial, las sobrevivientes tienen que exponer su rostro o su voz para ser escuchadas. 

Esto debido a que al final de la lectura del veredicto, el querellante, voz de la denunciante en la sala, quiso decir unas últimas palabras y el Tribunal no lo dejó terminar de expresarse. 

A la par, la querella había manifestado que de no hacerse efectiva la prisión, pedirían un botón antipánico para la denunciante. 

No sólo el Tribunal no permitió realizar la petición, sino que sólo libraron en la sentencia una orden de impedimento de contacto. 

Lo más grave fue que el mismo condenado colocó público su perfil de Instagram, tras años de tenerlo privado, para publicar una historia de que estaba jugando paddle en el club Juventus. 

No sólo se ríe de la condena del Tribunal, sino que vulnera a la denunciante una vez más, con el peligro de cruzarlo en cualquier momento en lugares públicos. 

Tampoco el club vela por la integridad de sus socixs o de otras personas que hacen uso de las instalaciones del lugar. 

¿Hasta cuándo Corrientes vivirá en constante impunidad hacia condenados por delitos de violencia de género?

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