CHARLA
La soberanía económica en jaque: ¿libertad o dependencia?
Reflexión sobre el nuevo acuerdo con el FMI, la eliminación del cepo cambiario y los análisis de Rodolfo Treber en una charla organizada por el Partido Comunista y Encuentro Patriótico en Corrientes.
La reciente decisión del presidente Javier Milei de eliminar el cepo cambiario, en paralelo a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), representa mucho más que un giro técnico en la política económica argentina. Es, en los hechos, una nueva cesión de soberanía bajo la promesa de estabilidad y crecimiento.
Este tipo de medidas no son aisladas, como bien afirmó el economista Rodolfo Treber en su charla en Corrientes, organizada por el Partido Comunista.
"El FMI es una herramienta principal en el proceso de decadencia y destrucción de la Argentina, pues más que una asistencia, lo que ofrece es un mecanismo para la primarización de la economía, favoreciendo la exportación de materias primas mientras impide el desarrollo industrial del país", afirmó.
Con el anuncio de que, a partir del 14 de abril, se podrá comprar dólares libremente, el Gobierno busca transmitir la imagen de un país que “normaliza” su economía y abre sus puertas al mundo.
Sin embargo, detrás del discurso de libertad y desregulación, lo que se observa es una preocupante profundización de la dependencia externa. "Argentina vuelve a atarse a un salvavidas prestado: más de 28.000 millones de dólares provenientes del FMI, el Banco Mundial y el BID. Y como siempre, el rescate llega con condiciones", dijo.
Treber señaló que este tipo de acuerdos no son más que una extensión de la lógica de subordinación.
"Cuando un imperio entra en decadencia, utiliza todos los recursos que tiene a su alcance para sostenerse. Y si necesita saquear, empobrecer al extremo, lo hace", señaló. En este caso, Argentina es la nación que paga el precio de la estrategia de poder de grandes potencias.
La pregunta que surge es evidente: si el gobierno dice que tiene superávit fiscal, ¿por qué pide un préstamo al FMI? La respuesta, según Treber, es que las grandes estructuras de poder, como el FMI, no buscan una "ayuda técnica, sino la imposición de un modelo económico que despoje al país de su capacidad productiva. Es más que un ajuste, es una estrategia de control".
"El objetivo es generar una ampliación de la deuda para financiar económicamente al próximo gobierno y que no tenga posibilidad alguna de pensar en un proceso de reinversión productiva", reflexionó Treber, dejando claro que la deuda no se destina a mejorar la economía nacional, sino a financiar las necesidades de las potencias internacionales.
Históricamente, los acuerdos con el FMI no fueron simples asistencias técnicas. "Son paquetes que exigen sacrificios internos: ajustes fiscales, recortes en políticas sociales, liberalización de mercados y, lo más preocupante, la subordinación del interés nacional a la lógica del capital financiero internacional", aseguró.
¿Dónde queda entonces la capacidad del Estado para decidir su propio rumbo? ¿Qué margen real le queda a un gobierno condicionado por metas impuestas desde Washington? El economista destacó que las imposiciones del FMI buscan frenar el desarrollo industrial de los países en favor de los intereses de las grandes potencias, creando condiciones que favorecen "el saqueo" y "el empobrecimiento extremo" de las naciones que lo aceptan.
La eliminación del cepo implica, además, renunciar a una herramienta clave para resguardar las reservas, evitar la fuga de capitales y priorizar necesidades internas.
La experiencia reciente lo demuestra: tras la liberalización cambiaria de 2015, durante la gestión de Macri, se fugaron más de 86.000 millones de dólares y la economía terminó en recesión e inflación. Al dejar hoy el tipo de cambio en manos del mercado —aunque dentro de una banda flotante entre 1.000 y 1.400 pesos— se abdica de la posibilidad de proteger la economía nacional frente a shocks externos.
Treber explicó cómo la apertura del mercado cambiario beneficia a los grandes exportadores y las multinacionales, mientras que los sectores populares, las pymes nacionales y los trabajadores son los que terminan pagando el costo. "El trabajo es el valor agregado que da la industria. Pero los intereses internacionales prefieren la venta de materia prima", sostuvo.
"Es un acto de fe en un mercado que históricamente privilegió la especulación por sobre la producción", recalcó.
En este nuevo escenario, los beneficiarios están claros: "los grandes exportadores, las multinacionales que podrán girar utilidades sin restricciones y los sectores financieros que se mueven con soltura en la lógica del dólar libre", indicó.
¿Y los perjudicados? "Los de siempre: trabajadores, sectores populares, pymes nacionales y una clase media que ya vio caer su poder adquisitivo más de un 17% en los primeros meses del nuevo gobierno", puntualizó.
"Porque no se trata solo de abrir el mercado cambiario, sino de quién tiene el control real sobre las decisiones económicas", aseveró.
"La soberanía no es un eslogan, sino la capacidad de definir un modelo de país", remarcó Treber, y añadió que "hoy esa capacidad parece estar más limitada que nunca".
Para el economista, "el objetivo de estos acuerdos es que Argentina no pueda producir industrialmente, sino que dependa de la exportación de materias primas". "Es una lucha por el control del trabajo y la industria, y en esa batalla, las potencias extranjeras se imponen", sentenció.
"La libertad de mercado que propone este gobierno no es más que libertad para las mafias, especialmente las de la especulación. Es una libertad que refuerza la dependencia y debilita la soberanía económica", concluyó.