IMPUNIDAD
Se cumple un año de la sentencia por el abuso sexual grupal de Caá Catí
Almeida, Chavez y Contín fueron sentenciados a condenas entre siete y nueve años, pero sin prisión efectiva.
Al cumplirse un año de que Lucas Almeida y Cristian Chávez fueran condenados a nueve años de prisión y Cristian Contín a siete años, el Superior Tribunal de Justicia sigue sin ratificar la sentencia. Esta faltante impide una real justicia para la sobreviviente y la posibilidad de rehacer paulatinamente su vida.
Por tal motivo y en conmemoración a esta fecha, la madre de la sobreviviente, Juliana Figueroa, escribió las siguientes palabras.
“Al superior tribunal de la provincia de Corrientes:
Al cumplirse un año de lo que fue la condena a los tres agresores de mi hija, Lucas Almeida, Cristian Contín y Santiago Chávez, 9 y 7 años respectivamente, sigo esperando. Mi condena, mi padecimiento, mi impotencia diaria, ya casi alcanza los años que le dieron a ellos.
¡Ellos siguen libres! Jamás lo entenderé, nunca entenderé a la justicia de mi provincia. Hace un año que esperamos se haga efectiva mínimamente, esa vergonzosa condena que se le aplicó a los tres violadores.Mientras tanto mi vida y el padecimiento que llevo desde el día del hecho no cambió absolutamente en nada.
Siento que la Justicia me engañó, a pesar del trabajo incansable que se realizó, más allá de las abundantes pruebas que se presentaron y a pesar de haberlos encontrado culpables del delito de violación a estos tres degenerados, los dejaron libres. Libres en el mismo pueblo donde yo vivo, libres en los mismos espacios donde trabajo, ocupando lugares de importancia.
Seguimos soportando el atropello de todos nuestros derechos por parte de ellos y de sus familiares. Mis hijas y yo nos cansamos de hacer denuncias y no ser escuchadas.
¿Nos queda acaso soportar la impotencia de la injusticia? ¿Nos queda acaso conformarnos con que el pobre no tiene acceso a la justicia en esta provincia?
¿Qué tengo que decirle a las personas como yo, sí le sucede algo semejante? ¿Qué estará pensando el Superior Tribunal de mi provincia con la condena de estos tres en sus manos?
¿No les quema la injusticia? Me pregunto cómo duermen, ¡y si duermen! ¿Cómo es que se acostumbraron a vivir así?
En nombre de sus hijas, madres, esposas y mujeres que forman parte seguramente de sus sentimientos les pido que se expidan. No tendrán paz, la misma paz que me arrebataron. Todos mis derechos humanos están siendo violentados todos los días, y el Superior Tribunal de mi provincia es cómplice.
Abrazo a las mujeres de las distintas agrupaciones que me abrazan y me contienen. Abrazo a cada una de las personas que bajo el Sol, el agua o el frío gritamos para que nos escuchen.
¡Justicia! ¡JUSTICIA! ¡JUSTICIA! Dejen de ser cómplices.
¿Se termina nuevamente un año y qué van a hacer? ¿Qué piensan hacer con Almeida, Contín y Chávez?”