OPINIóN

Día de la Victoria sobre el Nazismo: La celebración

Todos quisieron celebrar la victoria a partir del ’45 aunque ello los pusiera circunstancialmente al lado de la Urss. Pero el coqueteo con los nazis ya había quedado registrado para siempre. Hoy las “grandes democracias europeas” vuelven a apoyar al fascismo ucraniano

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Día de la Victoria sobre el Nazismo: La celebración

(Por: Mariano Ciafardini)

En septiembre de 1938, el primer ministro británico alcanzaba la supuesta paz en Europa a expensas de entregarle (como si fueran propios) los Sudetes checoslovacos a Hitler. La imagen de un satisfecho Neville Chamberlain agitando el papelucho en el que había logrado extraerle a Hitler la firma del compromiso devino en patético símbolo de la ambigüedad del capitalismo europeo occidental frente al nazismo cuando el fürer, incumpliendo (como era claramente de suponer) su promesa, inició su expansión imperialista precisamente en Checoslovaquia y el nazi-fascismo demostró toda su monstruosidad. A partir de entonces, Europa Occidental prefirió hacerse la distraída, ocultando el recuerdo de aquella imagen tan británica de Chamberlain regresando del “Pacto de Munich” (hoy interpretado magistralmente por Jeremy Irons en una reciente miniserie), o el de la Francia de Vichy entregada casi sin pelear a los brazos del Tercer Reich.

Frente a la contundente demostración en la posguerra de los horrorosos crímenes del fascismo y el nazismo, todos quisieron celebrar la victoria a partir del ’45 aunque ello los pusiera circunstancialmente al lado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (verdadera artífice, a un enorme costo, de la derrota de la “bestia parda”). Pero el coqueteo con los nazis (y la oculta esperanza de que sirviera para debilitar e incluso hacer desaparecer a la URSS) ya había quedado registrado para siempre.

Tragicómicamente, la historia se repite y hoy las “grandes democracias europeas” vuelven no solo a coquetear sino a apoyar militarmente a un fascismo ucraniano que hace más de ocho años viene generando un genocidio en la región del Donbass, hace gala permanente del racismo y la xenofobia, usa simbología nazi desembozadamente y, con la Otan a sus espaldas, puede generar en cualquier momento un conflicto mundial, ahora con implicaciones nucleares.

Queda en claro, si no se olvidan/ocultan los acontecimientos antes mencionados, que las “democracias occidentales” no vacilan en “jugar con el fuego del fascismo” frente al horror que les causa el comunismo. Y, si bien la actual Rusia no es la Urss ni es un país socialista, es cada vez más evidente que, a los ojos del capitalismo realmente existente en nuestros días, financiero y globalizado, parasitario y “de casino”, improductivo-depredador, Rusia (y China) resulta un serio obstáculo geopolítico.

Frente a los planes del capitalismo, de la etapa de la globalización, de dominio mundial hegemónico y unipolar a través de la extorsión financiera y el militarismo, el desempeño internacional de países como Rusia y la República Popular China (gobernada por su Partido Comunista) y su laboriosa construcción de redes virtuosas de apoyo y alianzas con países como Cuba, Venezuela y Nicaragua por referirnos solo a América Latina y el Caribe, están generando una contracorriente mundial que acelera el naufragio final del viejo imperialismo devenido en decadente (y no por eso menos peligrosa) fuerza reaccionaria, ya decididamente a contramano de la historia.

¿Qué celebrará Europa este 7/9 de mayo, aniversario de la rendición del hitlerismo? ¿Celebrarán Inglaterra y Francia el Pacto de Munich? ¿Celebrará Francia la colaboracionista “República de Vichy”?

¿Qué celebrará Alemania?

Publicado en Tiempo Argentino